La Reina Isabel II estaba aparentemente enfadada por el nombre de su bisnieta, según un autor real que ha revivido la controversia entre el palacio y el príncipe Harry/Meghan Markle.
Robert Hardman desacredita las afirmaciones de la pareja real que sugerían que la Reina respaldaba la idea de que su apodo de la infancia se transmitiera a la princesa Lilibet. En un extracto de su nueva biografía “Carlos III: Nuevo Rey. New Court. The Inside Story”, afirma que ella estaba molesta con esta decisión.
Esta afirmación respalda los informes de la corresponsal real de la BBC Jonny Dymond, quien afirmó poco después del nacimiento de Lilibet el 4 de junio de 2021 que la pareja nunca informó a la Reina sobre el uso del nombre ni solicitaron su permiso.
Otro informe de Daily Mail refuerza las afirmaciones del nuevo libro, sugiriendo que la Reina ya estaba frustrada por no tener control sobre sus propios palacios y pinturas, y que solo Harry y Meg podían tomar lo último que le quedaba… su nombre.
Según una fuente anónima citada en el informe, Isabel expresó algo similar a: “No soy dueña de los palacios, no soy dueña de las pinturas, lo único que poseo es mi nombre. Y ahora me lo han quitado”.
También se dice que la Reina quedó perpleja al conocer la intención de Harry de llamar a su hija Lilibet, pero sintió que no podía oponerse públicamente.
Sin embargo, esta nueva exposición es el último golpe que la pareja ha infligido a la familia real, y seguramente habrá más revelaciones en el futuro cercano.
Surge la pregunta de si Harry y Meghan refutarán esta última afirmación, ya que tienden a ponerse a la defensiva en situaciones como esta.